sábado, 27 de noviembre de 2010

Microliteratura II

El mes pasado (les) dije que iba a ir subiendo mi introducción (nudo y desenlace) al mundo de la microliteratura. Bueno. Acá hay algunas cosas más, de esas que estuvieron en www.paqeleasalgo.blogspot.com, mi antiguo blog de cuando tenía 16 añitos recién cumpliditos y era todo un bebito chiquitito, bonito y pelotudito, aunque sin este problema de que se me pegue todo el tiempo decir ito jodiendo con voz de maestra jardinera.

Cosas simples



Agua volando en río, se desplaza lentamente, como bailando al compás de esa música que se usa para meditar en las clases de yoga. Se detiene al observar un Árbol que vuela un poco mas rápido. Está lejos, pero lo ve con claridad. Titubea, pero finalmente se encamina hacia ese destino. Después de un lapso de tiempo (indescriptible, dado que en ese lugar el tiempo no importa), se acerca al Árbol. Juegan y danzan. No hablan, todos sabemos que hablar es maravilloso, pero es insuficiente para expresar cosas como las que expresa cualquier Agua o Árbol promedio. Después de ese ir y venir en el aire, saltan un poco mas alto y vuelven a sus lugares donde nosotros los vemos mas frecuentemente, ese lugar donde no se perciben nunca cosas tan simples



Zoofilia



Era un gran cazador y una jungla era su cama: siempre vacas, gatos, jirafas o yeguas.
Después de hacerles el amor, guardaba las pieles en la mesita de luz y, si alguna noche tenia mala puntería, olía su hedor y las recordaba a todas en soledad.



Adiós



No era inmortal ya que moría todas las mañanas cuando la gente se despertaba. Sin embargo iba y venía del limbo. Revivía por las noches cuando la gente dormía, por las tardes cuando alguien decidía tomar una siesta o incluso con algún alumno vago que le brindaba vida con su mente desviada de clase.
Pero ese día, luego de trillones de días y noches, de años y lustros, de vivir en cabezas de hombres y mujeres, de niños y perros, Don Sueño tomó una decisión.
Se metió en la cabeza de un inventor sonso que él detestaba porque no reconocía la belleza de soñar y sólo soñar, sino que trataba de convertir los sueños en realidad. En esa cabeza inventó la computadora.
Fue así como su suicidio definitivo se llevó a cabo. Luego de varios centenares de vidas y muertes más, la computadora había sido inventada, la robótica también, con ellas más tarde la inteligencia artificial.
Don Sueño no volvió a revivir nunca más. Ningún ser vivo se acordó jamás de él. Estaban demasiado atareados tratando de persistir.


Repulgue


Toda su coartada había terminado en ese momento
-¡Te digo que no sé como se hace!-
No servía de nada haber descuartizado el cadáver. No servía de nada haber picado los restos. No servía de nada haber comprado las tapas de empanadas.
Su plan había fallado: ninguno de los dos sabía hacer el repulgue.


Cuenta regresiva


5, Estás siempre contando para atrás. Siempre esperando algo.
4, Estás exaltado con esa nueva idea que no para de rebotar en tu cabeza.
3, Pero algo siempre se cruza y te corrompe esa ilusión.
2, Dejás de lado esa idea, y comenzas de nuevo.
1, Al final, ¿qué es lo que estas esperando? ¿Qué algo nuevo te llame más la atención?
5.



2 comentarios:

  1. me gustaron mucho

    mi teclado esta roto o tiene un virus o algo y para comentar apropiadamente habria que tener cuatro pelotas

    no las tengo
    volvere *con tilde en la ultima e*

    ResponderEliminar
  2. Los últimos tres simplemente...la rompen(disculpa la vulgaridad pero así se sienten estos textos).

    ResponderEliminar