viernes, 5 de noviembre de 2010

Lectura de una tragedia

En un bosque de letras me he adentrado,

cayendo en redes profundas, ficción:

pequeñez de hombre entra en fugaz acción,

en esclavo del mal se ha transformado.


Ningún lazo de amor los sustituye,

ni amistad, ni relación de genital

tinte, superan lo que era parental.

Buscando al pequeño criminal, huye.


En su encuentro, ninguno está asustado.

Lanza en pecho el niño al otro clavó.

Su último grito él mismo ha ignorado,


en su aventura al frío, redimido

se siente. Vengarse no consiguió

pero intentando él ha sucumbido.



Algún día será corregido en métrica y ritmo... Sepan disculpar que haya quedado eso semi cocido.

No hay comentarios:

Publicar un comentario