viernes, 10 de diciembre de 2010

Microliteratura III

Para continuar con mis huevadas pseudo literarias (me hago el humilde nada más...), hoy les dejo una nueva tanda de las pavadas que escribía cuando todavía era un niñico (hay, sin embargo, un relato, que fue escrito el año pasado en una clase de Teología donde el "ironía en clase" está en mode on constantemente).



Confusión

-¡Pucha, estabamos esperando una nena!-
Recordó esas palabras que su padre había dicho al momento de su nacimiento y se fue corriendo a su casa. Allí lo encontró sentado en una mecedora: "Te voy a dar una nena" pensó.
Así lo violó pensando en dejarlo embarazado. Se fue contento, pues nunca recordó que su padre hace rato no ovulaba.

Publicista


Por fin había conseguido una frase con la cual mucha gente compraría nuestro paquete.
“Si quiere dejar de sudar, no hay nada mejor que Suicidarse”
-¡Por fin una labor coherente!. Si sigue así pronto tendré que darle un ascenso- me felicitó el jefe desde su trono en llamas.


Decisión


Tenía esmalte en un dedo. En uno solo. No le gustaba como le quedaba. ¿Qué haría? ¿Se pintaría el resto? ¿Se lo quitaría? Después de titubear un par de minutos se fue. Al rato fue su mano quien volvió.


Quiero ser papá


Estaba acostado en la cama cuando llegó y me pidió que le cortara las uñas de los pies. Me alcanzó la tijera, levantó su pierna y me la apoyó justo en los huevos. En ese momento me convencí de que debía comenzar los trámites del divorcio de inmediato si quería tener hijos. En especial con una esposa a la que le crecen tan rápido las uñas.


Plan fallido

-¡Si tiramos a Mérida por la ventana va a caer de pie!-

Fracaso
Tenía que escribir un cuento. Fue en busca de papel y lápiz, se sentó en el escritorio y pensó. No se le ocurrió nada así que decidió abandonar. Se fue a tomar un café, resignado por no haber podido escribir ni una sola palabra.


1 comentario:

  1. Envidia viejo... Para ser escritos por un niño hay que admitir al menos que este es un niño bastante jodido. No me hagas calentar...
    Siempre que veo varios microcuentos juntos es como que tengo la necesidad imperiosa de elegir uno. Como si fuera un concurso o algo. No se porqué es eso. O si. Es porque soy de naturaleza agonal y competitiva, y porque juzgar
    implica cierta sensación de superioridad ante lo que se juzga, que aunque sea injustificada y falsa, da placer.
    Sin mas, soy de ir a lo seguro, no me arriesgo. Elijo: "Quiero ser papa" y por si acaso les otorgo una mención especial a cada uno de los otros, incluyendo al que no entendí... Me voy a la mierda.

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