jueves, 7 de octubre de 2010

Toma eso. Recuerdo de una hermosa lectura.

Robbie Williams, ¿se habrá reído con Tom, mientras este conseguía tesoros a la vez que lograba que otros pintaran la cerca? ¿Lo habrá apoyado en su avance con Becky?¿Se habrá asustado, al igual que los chicos en el cementerio, cuando vieron al indio Joe matando al doctor Robinson?
¿Habrá Mark Owen sorprendidose cuando Huck, Joe y Tom estuvieron en la isla de Jackson, mientras todos los daban por muertos? ¿Se le habrá piantado algún lagrimón viendo a Tía Polly hablando con la madre de Joe?
Howard Donald, ¿acaso se habrá enorgullecido leyendo a Tom recibiendo el castigo que le correspondía a Becky en la escuela? ¿Y cuando develó que el asesino del doctor Robinson era, en realidad, el indio Joe, salvando así a Muff de la pena de muerte?
¿Y Gary Barlow? ¿Habrá jugado, alguna vez, a encontrar el tesoro tal como hicieron Finn y Sawyer? ¿Habrá querido sentirse un héroe cual Huck, salvando a la buena y gentil viuda Douglas? ¿Habrá querido, tal vez, tener tan magnífica aventura como la que tuvieron Becky y Tom, el día de campo, en esa cueva laberíntica?
Jason Orange, de leerlo, seguramente suspiró aliviado al encontrar muerto, finalmente, al terrible indio Joe. ¿Habrá acaso soñado, antes de ser reconocido, hacerse tan rico como Huck y Tom con aquel tesoro?
Hoy he decidido agradecerles a los seis (sumo a Mark Twain) por haberme ofrecido, sin saberlo, uno de los días más maravillosos de mi vida. El día que leí por primera vez, uno de los que encabezaría mi canon personal (no sé si por valor literario, si por la historia, si por que fue una de las primeras cosas que leí hasta atragantarme), puse "Back for good" de fondo. La verdad es que, en aquel momento, la canción resultó más que amena para la lectura y decidí poner la función "Repeat track". Cuando terminé el libro, "whatever I did, I didn't mean it" seguía sonando. Take that, me había acompañado durante toda la lectura.
No estoy seguro de enorgullecerme, ni siquiera de si me gusta el tema tanto como podría parecer. Pero cada vez que lo escucho estoy a orillas del Mississippi, escuchando el "Twain" que hacen los barcos a vapor, como si yo mismo fuese Joe Harper.





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