jueves, 26 de abril de 2012

Nuevas Leyendas 2.0 - El hornero de Laprida


 El hornero es un bicho nuevo, ¿sabían? ¿O de verdad se creyeron el cuento de que es el ave nacional y todas esas pavadas?
El hornero es un bicho nuevo, antes ni siquiera era un pájaro. Apareció en Octubre del 2001, en Laprida y como les dije: antes ni siquiera era un pájaro, era un humano.
Bastante antes de que apareciera el primero de estos bichitos, existía su primo, el de Retiro, el Homero. Bueno, les voy a contar la historia de cómo el porteñito este se convirtió en pajarraco.
Un día, el sinverguenza este, se fua a vivir a Laprida, pero queriéndose llevar el pueblo por delante; nada de adaptarse ni acomodarse él a nada. Cargo una gran maleta con todas sus costumbres ruidosas y olorasas al flete y se echó a andar.
Apenas llegado al pueblo, a su primito se le ocurrió celebrar, para sí mismo, una fiesta de bienvenida: contrató una banda de esa música pesada que escuchan ahora, llenó la casa, nueva y lujosa, y el patio de luces y parlantes. Al resto del pueblo no le quedó otra que sumarse a la celebración o intentar dormir sumergidos en ruidosos acordes de guitarras distorsionadas y baterías katampumbleras.
Pero hubo algo que su primito no sabía del pueblo. Laprida se llamaba así por La Prida, una criatura con cuerpo de mujer y mirada de suegra, amante de la paz y protectora de la tranquilidad y los silbidos. Ella, ante el primero de los líos, agarraba su escoba de goma de borrar y desaparecía de la existencia a cualquier alboroteador o abusador de decibeles que se apareciese por sus territorios.
Eso fue lo que le pasó al molesto de su primo; lo agarró la viejita Prida con su escoba y casi lo borra por completo a él y a todo su séquito de tambores y acordes horribles.
De repente, todo quedó en silencio. El silencio reinó por toda la casa, el pueblo, el partido... Al primo solamente le faltaba que le borrara los pelos de un axila cuando el viejito Prida, el esposo de la señora, se le dio por pelearla un poquito a la señora.
Agarro los pelos que quedaban sin borrar y les dibujo un pico, retocó un poquito por acá, otro tanto por allá y, al ratito, apareció por primera vez ese pájaro feucho que en en el campo de la tía Norma.
Ahora el único ruido que puede hacer el paparulo de su primo, es un cantito lindo que no molesta a nadie. Además, la vieja Prida lo mandó a vivir a una casita de barro y paja.
¿Qué le pasó a su casa nueva y lujosa? Si van para Laprida, seguramente vean dos viejitos tomando mate o jugando al cricket en su hermoso patio...

2 comentarios:

  1. Muy bueno... Por ignorante, por extranjero o por nabo, me pasa que no estoy seguro de si hay alguna noticia del 2001 que me falto leer, o una historia que me faltó conocer, o si no entendí algo y a pesar me gustó muchísimo.

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