jueves, 19 de abril de 2012

Juego hermético VI: del hermetismo tiznante.

Como se habrán estado dando cuenta, las latas de las papas fritas sirven para hacer periscopios extramatrimoniales por donde trasluce la esperanza y la bifurcación de parábolas aleatorias y tornasoladas.
Caleidoscopios sentimentales, abarrotados de semillas y sábanas suaves y limpias, el bigotón ayuda a sonreír, a amar al prójimo y a envenenar la flema, como si fuéramos un poco más londinenses que el mismísimo Chaucer.
Astrolabios y pseudónimos hispanizantes, colonos, parcleidómenos, circuncidantes, los gemelos Alma Pasión y Vida, tereréan bajo el porche del edificio de los subibajas.
Pero bueno, así están las cosas: martes y viernes por la tarde los paterlectos nos obligan a ser más viejos y sofisticados, más arrugados y eficaces y siempre mucho menos melifluos con los demás.

1 comentario:

  1. Me gusta muchísimo tu estilo literario.
    Enhorabuena por tu blog.
    Te sigo.
    Un abrazo.

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