Como se habrán estado dando cuenta, las latas de las papas fritas sirven para hacer periscopios extramatrimoniales por donde trasluce la esperanza y la bifurcación de parábolas aleatorias y tornasoladas.
Caleidoscopios sentimentales, abarrotados de semillas y sábanas suaves y limpias, el bigotón ayuda a sonreír, a amar al prójimo y a envenenar la flema, como si fuéramos un poco más londinenses que el mismísimo Chaucer.
Astrolabios y pseudónimos hispanizantes, colonos, parcleidómenos, circuncidantes, los gemelos Alma Pasión y Vida, tereréan bajo el porche del edificio de los subibajas.
Pero bueno, así están las cosas: martes y viernes por la tarde los paterlectos nos obligan a ser más viejos y sofisticados, más arrugados y eficaces y siempre mucho menos melifluos con los demás.
Me gusta muchísimo tu estilo literario.
ResponderEliminarEnhorabuena por tu blog.
Te sigo.
Un abrazo.