martes, 21 de agosto de 2012

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Un líquido azul anuncia que a centímetros se encuentra mi destino. Apuntando al centro con el chorro, mi interlocutor da un mensaje (pronto lo sabré descalcificante) que entierra mis futuros tristes antecedentes.

-Comida para lobos ser tú después- dice el chino en tono elegoindigenado.

Satisfecho por el oráculo, decido ponerme a voluntad de mis venerados átomos: "Seré mis átomos. Seré alimentos. Seré ser." me repito como sabiendo de qué estoy hablándome.

Camino, luego de saludar al oriental, hacia una calle arbolada, de aspecto grimmeano. Espero una mordida: espero una actualización de un anuncio que no logro comprender más allá de una literalidad cualunque. "Odio el horóscopo" refunfuño y paso la página.


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