lunes, 11 de marzo de 2013

Por qué



Escribo porque al viento, le gusta soplarme los pelos,
invadirme los ojos
cuando camino por San Martín en invierno.

Escribo porque el verano se aleja, me pongo menos gil
dejo de estudiar, me pongo a leer
y charlo con Oliverio
o con quien se le ocurra aparecerse entre mis manos.

Escribo porque al tiempo le gusta que me siente a jugar con él
y que lo cuente:
nuestras aventuras imaginarias en Madrid y en Bratislava;
que comente acerca de nuestros juegos en la plaza de Don Pepe;
o sobre los partidos entre Nubes y Tenedores;
que saque a relucir nuestras partidas interminables de casita robada
apostando moneditas de un centavo, más cobrizas que el cobre.

Lo hago porque la mente envuelve un coso
un cosito chiquitito, que se en vuelve nuevamente
y se enreda y desenreda y no queda otra que escribir
porque escribir es atar y desatar, anudar y traspapelar,
sellar, escupir, vomitar...
Escribo porque, escribiendo, nunca espero hasta la noche para tener que soñar nada.

No hay comentarios:

Publicar un comentario