miércoles, 5 de septiembre de 2012

Marceau y ella

Ella me abandona cuando voy al trabajo.
Me abandona porque le gustan los colores y en el trabajo casi no se me permiten.
Me deja porque dice que la entristezco.
La gente, en cambio, se ríe, se sorprende: me viene a ver.
Pero ella no aparece, no puede aparecerse. No debe.
Porque es impropio que de mi boca salga algo cuando trabajo.
Pero cuando vuelvo a casa, ella arremete cariñosa: gritamos, cantamos y nos contamos todo lo que pasó en ese largo rato separados.

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