lunes, 4 de abril de 2011

Informe de un jardinero acerca de una planta que anduvo deshojándose

Las últimas veces sus pequeñas, verdes (¿clorofilosas?) y pegajosas extremidades se movían ínfimamente hacia esa luz como queriendo estirarse y crecer. Le encanta esa luz. La necesita. Bien sabemos que con ella, un poquito de agua y alguna que otra palabra clave puede subsistir, mantenerse viva. Es cuestión de fotosíntesis.
Lo que es más complejo es el tema de su crecimiento ¿No creés que está un tanto encerrada en esa cajita de avellano rojo? ¡No puede crecer ahí adentro!¡Es muy chiquita! Ella necesita más espacio, para poder captar más de esa luz que tanto bien le hace a sus hojas.
¿Debo hacerte notar que quedan brillosísimas sus nervaduras apenas le das sus baños de sol por la mañana? Pero en seguida la guardás nuevamente en esa cajita, y se opaca toda, se guarda dentro de sí misma la luz que pudo conseguir para mantenerse viva y espera una nueva salida.
¿Notaste lo feliz que es en esa ventana? Allí los rayitos le dan todo el tiempo, y queda radiante, preciosa, diría que hasta sonriente.
Sé que estamos sufriendo un febrero invernal, oscuro, pero esos pocos días soleados tratá de sacarla a la ventanita que a ella tanto le gusta. Le va a hacer bien y quién dice la haga volver a crecer tanto como antes de haber tenido que podar con el comienzo de esta helada.
Es claro que va a necesitar tiempo pero, ¿acaso no querés que vuelva a florecer esta primavera? ¿No te llena de ganas el saber que pueden reaparecer los perfumes de sus pimpollos?
Hay que superar este (v)ferano inf/vernal, con muchas de esas dosis de luz, agua y palabritas claves o un gestito sencillo. Nada que vos no le puedas dar.
Es fotosintética, se autoalimenta; mantenerse, lo hace por sí misma. Y, ya fuera de esa cajita de avellano rojo, juntos vamos a lograr que se vea frondosa y tupida nuevamente.

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