miércoles, 29 de agosto de 2012

martes, 21 de agosto de 2012

d

Tambores suenan. Momento tenso.
Mi cabeza recula sintiéndose objeto de las continuas radiografías de tu mirada.
Excusas: "Palparte con guantes no es lo mismo. Tus curvas (líneas rectas al placer) no se perciben del mismo modo."
"¿De qué me hablas? Perdiste las llaves, no te hagas el idiota, basura."
La lluvia en el living humedece el saquito de tilo que reposa en la taza.
La mesa, sabiéndose por última vez usada por ambos, hace rechinar sus patas de tristeza.
Una alfombra se asoma, preocupada, desde el dormitorio para mirar lo que pasa.
Parientes impacientes nos llaman desde el registro civil.
Podemos suponerlo, aunque ni se nos ocurra acercarnos a atender.

c

Me molesta tener que refugiarme en esta primera muerte. Haber tirado el mate, haber recibido ese rebencazo en el ojo, haberme desangrado absurdamente. Sí, me jode.
No te digo que no sea lindo que te tiren florcitas, que te lloren de vez en cuando. Es lindo, sí. Pero qué sé yo. Acá hay banda de contras, eh.
Lo que más me molesta es que haya pasado tanto tiempo sin haber descargado mi chelita. La otra vuelta, por ejemplo, la vecina de tumba me estaba pegando la mejor tirada de goma de mi muerte y escucho al pelotudo del guardaparques con esas tijerotas a romper las bolas en el arbusto de al lado. Me la bajó mal.
Le estaba por acabar en los anteojitos a mi cadavérica putita, estaba ahí nomás y el forro este... Claro, total el tiene tacto todavía. Yo tengo que andar haciéndome la imagen por los agujeros de mi cráneo y con eso nomás...

b

el coro ulula en la iglesia: recibe una cruel evaluación del párroco
gratis
un pétalo cae en la noche, un gato siente el susurro pero no se da vuelta
gratis
un ojo que mira más allá de eso en hd
gratis
evaluamos la materia - quizás en silencio-
pero siempre gratis
los adultos que discuten, como si nada, adelante de su familia
mientras el azufre, paranoico, se siente una simple especia
siempre gratis
mentira gratis
mentira
nada es


a

Un líquido azul anuncia que a centímetros se encuentra mi destino. Apuntando al centro con el chorro, mi interlocutor da un mensaje (pronto lo sabré descalcificante) que entierra mis futuros tristes antecedentes.

-Comida para lobos ser tú después- dice el chino en tono elegoindigenado.

Satisfecho por el oráculo, decido ponerme a voluntad de mis venerados átomos: "Seré mis átomos. Seré alimentos. Seré ser." me repito como sabiendo de qué estoy hablándome.

Camino, luego de saludar al oriental, hacia una calle arbolada, de aspecto grimmeano. Espero una mordida: espero una actualización de un anuncio que no logro comprender más allá de una literalidad cualunque. "Odio el horóscopo" refunfuño y paso la página.